Se pretendía recuperar y acondicionar la antigua plaza de toros y su entorno, puesto que era y es en sí misma un patrimonio arquitectónico y cultural. El edificio es de elevado valor artístico porque data de principios de siglo (se inauguró en 1951), constando de 3 alturas, actualmente desocupadas en su mayoría por su parcial estado de degradación.
El proyecto consistía en la rehabilitación de una plaza histórica del siglo XVIII que se utilizaba al aire libre como plaza pública y de toros pero estaba completamente destrozada. Se optó por recuperar todos los elementos de piedra y madera que fueron recuperables, y se hizo hincapié en dotarla de una iluminación muy contemporánea. La idea es que las cosas nuevas que se añadieron, debían saberse nuevas; no intentamos camuflar los nuevos elementos dentro del estilo antiguo.
La recuperación requería de una actuación de limpieza del graderío existente, tanto en los asientos como en la cornisa de cierre a su espalda. También precisaba intervención en el entorno inmediato de la Presidencia y los accesos a ambos espacios. Así, se realizó una nueva red de instalaciones que permitirían la reutilización de la vivienda en su integridad (y para el uso al que se destina).
Se reestructuró el firme, se acondicionó, y se realizó con piedra granítica en adoquín tradicional. Se realizó la siembra y ajardinamiento del perímetro acondicionado todo lo largo de su recorrido. También se restauró la presidencia y la escalinata de acceso, así como se instaló un ascensor interior en la misma para la entrada y salida del recorrido.