Se proyectó un conjunto de 18 viviendas unifamiliares adosadas para uso residencial, y 17 trasteros en la parte posterior de la parcela. Cada vivienda cuenta con un salón comedor, sala de estar, cocina, baño en planta baja y tres dormitorios y dos baños en la planta primera.
En el diseño de las viviendas se priorizó la centralización en lo posible de los núcleos de instalaciones y la distribución racional de las distintas dependencias, creando una zona de día en la planta baja, y una zona de noche desarrollada en la primera planta. Además, se procuró que entre las diferentes zonas de la vivienda respecto a espacios propios, existiera independencia, separación de funciones e intimidad.
Todos los dormitorios y el salón comedor tienen iluminación natural y ventilación suficiente, con unas superficies de ventanas practicables sobradamente dimensionadas. Se hizo especial hincapié en la supresión de cualquier barrera arquitectónica, así como en el estricto cumplimiento de las normas que atienden a las condiciones de seguridad de higiene y sanidad vigentes, sobre todo en el tema de los incendios en lo que respecta a las zonas comunes del sótano.