Se trataba de un refugio exento con dos plantas con una superficie de 59.17 m2 en la montaña de Navas del Marqués, para la asociación Naturalista de Madrid. La primera idea que surgió en este proyecto fue hacer un faro, debido a las vistas que tenía de toda la Sierra de Navas, y era una parcela muy grande llena de pinares.
La petición principal era que el local debía respetar el privilegiado entorno y desarrollar un programa mínimo que no necesitara mantenimiento, ya que se utilizaría para reunirse en contadas ocasiones. Se requería un refugio de poca superficie que estuviera perfectamente integrado en el paisaje y que, además, fuera económico.
Utilizando la topografía del solar se propuso una pequeña construcción en dos alturas: la baja, semienterrada, con los servicios, y la superior (en altura) con la sala de reunión, alrededor de una gran chimenea que servía además de cocina. En esta planta también ubicamos un gran ventanal que miraba a través de los pinos hacia el horizonte.
Una crujía de seis metros con muros de carga de fábrica y una cubierta a un solo agua solucionaron el resto. Por otro lado, se acotó la parcela, se buscó su ubicación y se realizaron los caminos. No talamos ningún árbol.